Las Médulas, Antiguas Minas de Oro Romanas

Desde Ponferrada se llega al Parque de las Medulas en poco tiempo…

Las Médulas ahora son un Parque o Paisaje Natural y Arqueológico declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en el 1997.

Antiguamente, en la época romana, eran una explotación de minas de oro a cielo abierto.

Según Plinio el Viejo, que en su juventud fue administrador de las minas, relata que se extraían al año 20.000 libras de oro, lo que, teniendo en cuenta los 250 años de explotación, daría 5.000.000 de libras de oro, es decir, 1.635.000 kg.

En cuanto al número de trabajadores, Plinio habla de 60.000 obreros manumitidos. Estudios modernos, basados en la tierra removida, hablan de 10.000 o 20.000 hombres, contando con suministradores, guardianes, etc. Plinio comenta en sus escritos la dureza del trabajo: «es menos temerario buscar perlas y púrpura en el fondo del mar que sacar oro de estas tierras».

Terminada la explotación romana la zona empezó a revestirse de vegetación autóctona, robles encínas, castaños, etc. Se han catalogado ejemplares de arboles con más de 100 años de edad.

Ahora Las Medulas son un paisaje natural que se puede visitar dando un placentero paseo por sus senderos.

Desde Ponferrada la carretera te lleva hasta los pequeños pueblos rurales que son la puerta de entrada al parque, la Peregrina de las Medulas y el Complejo Rural de Agoga. Aquí se deja el coche para empezar un recorrido bien señalizado por los senderos del parque.

Hay varios recorridos que te llevan en distintos puntos de las antiguas minas de oro.

El paseo es fácil y de dificulta baja.

La característica de Las Medulas son las pequeñas colinas rojas y arenosas. Son los restos de las excavaciones. Por lo visto los romanos utilizaban un método de excavación bastante complicado. Traían agua de los ríos cercanos y la inyectaban en el terreno con bombas hidráulicas hasta hacerlo explotar. Así rompían la montaña, luego los obreros al fondo del valle filtraban el agua para extraer el oro. Hoy las rocas o puntas de rocas que se ven son restos del terreno que no se escavó. Si se piensa, la cantidad de tierra que se movió es impresionante.

También hay que decir que no es un paisaje natural, es un paisaje artificial. Fue el hombre a provocar la conformación del paisaje.

A lo largo del paseo te cruzas con varias cuevas, restos de la excavación.

Un consejo para disfrutar de lo mejor de las Medulas es ir por la mañana. Llevarse agua y algo de comer. Hay varios restaurantes antes de entrar en el parque, pero una vez que estás dentro no hay nada. Primero aconsejaría ir en el interior de Las Medulas, pasando por el bosque de castaños y subiendo hasta las cuevas. El paseo es circular, al final, vuelves al principio.

Luego se podría ir a los lagos. Otro paseo sencillo y muy bonito. Como nos dijo una señora autóctona, “el lago no es el primero, está un poco más allá”. Diría que en media hora llegas al lago y vuelves.

Y al final hay que ir a ver Las Medulas desde la parte alta. Desde allí puedes ver la complejidad de la obra de ingeniería de las minas. Para llegar a la parte alta existe un sendero que sube, pero si estás cansado o tienes poco tiempo se puede acceder con el coche. Para hacerlo hay que salir de la zona rural de los pueblo, luego coger una pequeña carretera a la derecha que después de varias curvas te lleva al parking. Desde el parking hay que caminar por una carretera cuesta arriba bastante empinada. Una vez llegado puedes apreciar y admirar el sorprendente paisaje y la enormidad de las excavaciones de las minas de oro. Dicen que ver la puesta del sol desde allí es impresionante. Pero nosotros no pudimos disfrutar de ella.

Es una excursión muy bonita, y el paisaje, la naturaleza, la tranquilidad valen la pena. Es un sitio especial, con mucha energía. En esta zona murieron muchas personas, y hay leyendas que hablan de los espíritus que rodean las minas.

Al final de una emociónate jornada paseando por la naturaleza volvimos a Ponferrada a descansar.

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