Etapa 12
La parte más complicada del día era conseguir el pasaje
hasta Beijing.
Por lo visto para comprar el billete de tren de Ulán
Bator a Beijing es complicado.
En temporada de otoño hay un solo tren que desde Mongolia
te lleva hasta la capital China Beijing, y pasa los domingos por la mañana. La
cosa más absurda es que no se pueden comprar los pasajes con antelación. Hay
que esperar al sábado, después de las 15:00 de la tarde, cuando desde Moscú
confirman cuantos asientos libres quedan en el tren. Si no quedan hay que esperar a la
siguiente semana o buscarse la vida intentando llegar hasta China con otros
medios.
La mañana la pasamos de paseo y comprando pequeños
recuerdos de Mongolia. Comimos algo y luego nos fuimos en búsqueda de la
taquilla donde vendían los billetes.
También los hosteles hacen este trámite de comprar los billetes, pero también
ellos tienen que hacer la cola en la taquilla, además te cobran una comisión. En
Mongolia no hay el problema del idioma que había en Rusia. Aquí mucha gente
habla inglés.
Para encontrar la taquilla tuvimos problemas. Las explicaciones
de la Lonely Planet no estaban muy claras. La taquilla estaba medio escondida
en un callejón. La encontramos gracias a una chica extranjera que estaba
saliendo con prisa de ella.
Por lo visto ya no quedaban billetes de segunda clase en el tren, y los de tercera son los primeros que se agotan.
En la taquilla no aceptan tarjeta de crédito, y nosotros fuimos con el dinero justo para el billete de segunda clase. Al día siguiente teníamos que salir de Mongolia y los Tugrik, la moneda local, se pueden usar y cambiar solo en Mongolia, así que no queríamos tener mucho dinero de sobra.
Por lo visto ya no quedaban billetes de segunda clase en el tren, y los de tercera son los primeros que se agotan.
En la taquilla no aceptan tarjeta de crédito, y nosotros fuimos con el dinero justo para el billete de segunda clase. Al día siguiente teníamos que salir de Mongolia y los Tugrik, la moneda local, se pueden usar y cambiar solo en Mongolia, así que no queríamos tener mucho dinero de sobra.
Preguntamos cuanto salía el pasaje de primera y salimos
corriendo a buscar un cajero internacional para sacar dinero. En la estación de trenes, que estaba cerca, había uno.
Volvimos y por fin conseguimos los pasajes. Ya estábamos
tranquilos.
Volvimos al hostel con el poco dinero que nos quedaba. Por la noche salimos a comer. Nos quedaban 4€ entre tres personas. Conseguimos comer los tres en un restaurante y bastante bien.
Volvimos al hostel con el poco dinero que nos quedaba. Por la noche salimos a comer. Nos quedaban 4€ entre tres personas. Conseguimos comer los tres en un restaurante y bastante bien.
A la mañana siguiente a las 7:15 salió nuestro último tren
del Transmongoliano que nos llevaría hasta nuestra última meta, Beijing.
El viaje de Ulán Bator a Beijing duraba 30:50 horas, para
una distancia aproximada de 1220 km.
Esta vez estábamos en el vagón de primera clase, aunque no
había mucha diferencia con el de segunda clase.
Por lo visto hay también un vagón de primera clase lujo, con dos asientos por compartimento.
Por lo visto hay también un vagón de primera clase lujo, con dos asientos por compartimento.
Salidos de Ulán Bator, los paisajes volvieron a ser
parecidos a los que vimos en el tour, estepa amarilla. La única diferencia era que
en la parte sur del país parece todo mucho más semejante. Pasamos muchas horas
viendo siempre el mismo paisaje sin ningún tipo de cambio. El norte del país
es mucho más variado.
Imagínense este vídeo a lo largo de un tarde entera...
Lo impresionante del paisaje de Mongolia es que confunde las proporciones. No sabes realmente a que distancias están las cosas, o si las montañas son grandes o pequeñas.
Imagínense este vídeo a lo largo de un tarde entera...
Lo impresionante del paisaje de Mongolia es que confunde las proporciones. No sabes realmente a que distancias están las cosas, o si las montañas son grandes o pequeñas.
Por la tarde, sobre las 19:00 llegamos a la frontera con
Mongolia. El control de pasaportes fue bastante rápido. Después de 1:30 horas
nos movimos hacia la frontera con China.
Aquí se acercaba la parte más temida para todo viajero
que hace esta ruta.
Hay muchas historias sobre esta parte del recorrido.
Cuando llegamos a la frontera con China, subieron para el
control de pasaportes, que fue bastante rápido y tranquilo. Ahora nos faltaba
la parte más larga de la espera.
La frontera con China está en Erlian. Aquí el tren para
unas 4:30 horas, Además hay que sumarle la frontera con Mongolia. Un total de
unas 6:00 horas. Como se sabe en las estaciones no puedes ir al baño del tren. Los baños
están cerrados. Así hay que procurar ir antes y no beber mucho... ya que en la frontera tampoco te dejan bajar del tren.
En la estación de Erlian el tren tiene que cambiar las
ruedas. Los carriles de China tienen un ancho diferente del resto de los
países. Así que con nosotros dentro, metieron el tren en una nave. Aquí
separaron los vagones y uno a uno los levantaron con una grúa para cambiarles
las ruedas. Es una experiencia muy interesante.
Después de esta larga operación recompusieron el tren y nos dejaron hasta la medianoche en la estación esperando la hora de partida. Siempre sin poder ir al baño. Lo bonito fue que emitieron con los altavoces de la estación una música clásica muy bonita que nos ayudaba a dormir.
Después de esta larga operación recompusieron el tren y nos dejaron hasta la medianoche en la estación esperando la hora de partida. Siempre sin poder ir al baño. Lo bonito fue que emitieron con los altavoces de la estación una música clásica muy bonita que nos ayudaba a dormir.
Pasada la medianoche el tren arrancó. Ya estábamos en
China.
Al día siguiente nos dieron unos vales para desayunar y
para almorzar en el vagón restaurante. Algo de diferente tenía que tener la
primera clase.
Los paisajes de China eran completamente diferentes de
los que habíamos visto hasta ahora.
Pasamos al lado de muchas ciudades enormes. Había
montañas, lagos y ríos. Además pasamos por muchos túneles, cosa que no había
pasado nunca en todo el resto del recorrido, desde Moscú hasta China.
Sobre las 14:00 horas llegamos a Beijing, en un día
soleado y con cielo azul.
Con solo salir de la estación nos encontramos con miles
de personas.
Lo primero que había que hacer era buscar un cajero para
sacar dinero, los Yuanes, la moneda china.
Después fuimos a buscar el metro para dirigirnos hacia
nuestro nuevo hogar que nos hospedaría hasta el final del viaje. Nos quedábamos
en Beijing 5 días.
Gracias a las Olimpiadas del 2008 la ciudad se transformó
y está a prueba de turistas.
Todo está bien señalizado, en chino y en inglés. Moverse
en metro es muy fácil y económico, nada que ver con Moscú. Un billete de metro
vale 1 Yuan, o sea 0,20 céntimos de Euro. Al cambio 1 € son 10 Yuanes.
Nos alojamos en el Peking Youth Hostel, un antiguo Hutóng al lado de la Ciudad Prohibida. Un sitio encantador muy bonito. Las zonas
comunes eran muy agradables, era como una mezcla entre una casa rural y un
restaurante chino.
¡Hola, Diego! Estuve viendo las imágenes que has tomado del tren transmongoliano y si me permitís voy a tomar alguna ya que una amiga que hizo el trayecto me describe el cambio de trocha, algo muy original, pero no me envió imágenes fotos claras. Lógico que te mencionaré en la nota para una página de el diario El Debate Pregón, de Gualeguay, E. R., que se llama Gualeyos. por el Mundo. ¿Estás de acuerdo?
ResponderEliminarHola Graciela,
EliminarEs un placer,,, pero pon mi autoría...
Me podrías mandar un link al articulo? Así curioseo ;)
Gracias y un saludo
Hola Diego cuanto cuesta el billete Ulan Bator - Pekin, te acuerdas aproximadamente?
ResponderEliminarHola Francisco,,, lo siento, no lo recuerdo,,, fue hace unos años...
EliminarSaludos
Hola. Sabes si se puede bajar del transmongoliano en China para visitar ciudades intermedias? En caso de que no, habría que sacar distintos billetes en otros trenes? Sería problemático?
ResponderEliminarGracias
Hola, cuando lo hice yo no se podía. No se si habrá cambiado algo.
EliminarUn saludo