Etapa 9
Ya nos tocaba el pase de frontera entre Laos y Camboya.
El pasaje hasta Banlung lo compramos al dueño de nuestra
cabaña. Después de desayunar por la mañana nos vinieron a buscar con un mini barquito
de madera para llevarnos hasta tierra firme.
Nos acompañaron hasta el lugar donde salen los buses
hacia Camboya, donde hacen los trámites de los pasaportes para cruzar la frontera.
Aquí tuvimos que pagar 20$ por el visado de Camboya, más 4$ para los funcionarios de frontera camboyanos, más 6$ para los funcionarios laosianos. Total pase de frontera 30$. Y esto nos lo comentaron abiertamente. Si no pagábamos la "subvención" para los funcionarios simplemente no subíamos al bus que nos llevaba a la frontera.
Salimos a las 9:30 h y en una hora llegamos a la frontera. Allí esperamos media hora que arreglaran nuestros pasaportes, una vez devueltos nos metieron en un sleeping-bus de lo más cutres y nos encaminamos hacia Camboya.
Aquí tuvimos que pagar 20$ por el visado de Camboya, más 4$ para los funcionarios de frontera camboyanos, más 6$ para los funcionarios laosianos. Total pase de frontera 30$. Y esto nos lo comentaron abiertamente. Si no pagábamos la "subvención" para los funcionarios simplemente no subíamos al bus que nos llevaba a la frontera.
Salimos a las 9:30 h y en una hora llegamos a la frontera. Allí esperamos media hora que arreglaran nuestros pasaportes, una vez devueltos nos metieron en un sleeping-bus de lo más cutres y nos encaminamos hacia Camboya.
Sobre las 13:00 h nos paramos en nuestra parada de
intercambio. Fuimos los únicos extranjeros en bajar, el resto siguió hacia
Phnom Penh.
Estábamos en un cruce de carreteras donde no había nada. Nos vino a buscar un chico que nos dijo de subir a un minivan que iba a Banlung. El minivan estaba lleno de gente local. Estábamos amontonados, las mochilas las teníamos encima de nosotros, y nos esperaba un viaje de un par de horas. Por lo menos no había animales en el minivan...
Estábamos en un cruce de carreteras donde no había nada. Nos vino a buscar un chico que nos dijo de subir a un minivan que iba a Banlung. El minivan estaba lleno de gente local. Estábamos amontonados, las mochilas las teníamos encima de nosotros, y nos esperaba un viaje de un par de horas. Por lo menos no había animales en el minivan...
Desde que pasamos la frontera pudimos notar los cambios
de pisajes y de gente entre Laos y Camboya. En Camboya hay muchos cultivos, la
gente parece más activa, trabajando y construyendo. Aunque las casas que se ven
parecen más pobres. Las carreteras que recorrimos estaban en mejores condiciones que las
de Laos. Esta fue nuestra primera impresión después de pasar la frontera.
Banlung es un pueblo perdido en las montañas en el este
de Camboya cerca de la frontera con Vietnam, en la provincia de Ratanakiri. Aquí
hay un gran volcán con un lago en su caldera, el lago Yeak Laom.
Hasta Banlung van muy pocos turistas. El pueblo es
pequeño, pero está en construcción, y al parecer con previsión de ampliarlo
mucho, ya que las carreteras que están haciendo son muy anchas.
El minivan nos dejó en lo que parecía la calle principal. Enseguida se acercó un Tuc-tuc y después de contratar el precio, como siempre, nos llevó hasta nuestro hotel. Aquí nos quedamos dos noches.
El hotel Balcony era una antigua casa de un gobernador camboyano ahora convertida en hotel. La idea parece encantadora, pero el hotel creo que fue uno de los más cutres donde nos quedamos. Coste 5$ por noche. Por la noche el baño se llenaba de hormigas gigantes del tamaño de un dedo, y entrar al baño daba un poco de miedo. Tampoco había mucha más elección donde quedarnos.
El minivan nos dejó en lo que parecía la calle principal. Enseguida se acercó un Tuc-tuc y después de contratar el precio, como siempre, nos llevó hasta nuestro hotel. Aquí nos quedamos dos noches.
El hotel Balcony era una antigua casa de un gobernador camboyano ahora convertida en hotel. La idea parece encantadora, pero el hotel creo que fue uno de los más cutres donde nos quedamos. Coste 5$ por noche. Por la noche el baño se llenaba de hormigas gigantes del tamaño de un dedo, y entrar al baño daba un poco de miedo. Tampoco había mucha más elección donde quedarnos.
Los que estaban a cargo del hotel eran jovencitos, como
mucho tenían 18-20 años. Inglés casi no hablaban. Para comunicarnos con ellos
fue una risa...
Por la tarde descansamos y organizamos la excursión por
el lago y las cascadas del día siguiente.
A las 9:00 h nos vino a buscar el chico del Tuc-tuc que
nos llevó hasta el hotel, al parecer, según nos dijo es uno de los pocos del
pueblo que hablan inglés, pero esta es palabra de tuc-tuc driver...
La excursión que contratamos con él fue de un día por los alrededores de Banlung, coste 25$.
El tiempo estaba soleado pero no muy caluroso, nada que ver con el calor de las 4000 Islas, por la mañana incluso hacía fresquito.
La excursión que contratamos con él fue de un día por los alrededores de Banlung, coste 25$.
El tiempo estaba soleado pero no muy caluroso, nada que ver con el calor de las 4000 Islas, por la mañana incluso hacía fresquito.
Fuimos a cambiar dinero en moneda camboyana. Primer
fallo,,, que aprendimos después del primer cambio. Aquí todo se paga con dolares.
No hace falta cambiar si tienes dólares. Los Euros, sobretodo en lugares
perdidos son difíciles de cambiar. Si sacas dinero en cajeros te dan dólares.
Después de cambiar nos dirigimos a la primera cascada.
Hay tres cascadas en la zona de Banlung, además del lago Yeak Laom en la boca volcánica.
En poco tiempo y por una carretera de tierra roja
llegamos a la primera cascada. Entrada 1$. Hay que acostumbrarse, en Camboya
todo vale como mínimo 1$. La cascada estaba metida en la selva, no era muy alta y se puede caminar detrás
de la cortina de agua. Éramos los únicos visitantes.
Volvimos al tuc-tuc y nos encaminamos hacía la segunda
cascada. Esta vez el recorrido fue más largo.
Las casas que se encontraban a lo largo del camino son parecidas a las de Laos, pero más pobres. La gente parece más pobre, y tienen caras tristes. Los niños no te saludan y no te miran con cara felices como los niños de Laos. Es un país que está saliendo de una guerra muy reciente y se le nota en la gente.
Las casas que se encontraban a lo largo del camino son parecidas a las de Laos, pero más pobres. La gente parece más pobre, y tienen caras tristes. Los niños no te saludan y no te miran con cara felices como los niños de Laos. Es un país que está saliendo de una guerra muy reciente y se le nota en la gente.
Llegamos a la otra cascada, otro dólar.
El río era un poco más ancho, y la cascada muy normalita.
Aquí vimos un par de elefantes asiáticos. No son muy grandes. Estaban aquí en
la espera que algún turista los contratara para una excursión.
Después de esta fuimos a la tercera cascada. Para llegar
a la nueva cascada pasamos por un puente de madera colgante. La cascada era muy
parecida a la anterior.
Ahora nos tocaba solo ir a ver el lago, ya eran las 12:00
h. Mientras nos dirigíamos al lago nuestro tuc-tuc driver nos preguntó si podía
venir con nosotros también una chica amiga suya y les dijimo que si, no había
problemas. La chica era jovencita y no hablaba nada de inglés, aunque muy simpática en su forma de ser.
Antes de llegar al lago pasamos a ver un pueblecito de
población indígena donde tejían telas.
Paseamos por el lugar, las casas eran cabañas de paja,
los animales vivían con la gente. Aquí vimos como tejían las telas.
Después nos dirigimos al Lago Yeak Laom. Este lago es uno
de los sitios más tranquilos y bonitos de Camboya. Es un gran cráter rodeado
de una espesa selva verde oscuro. Las aguas son azul verdosas y la gente local
suele bañarse en estas tranquilas aguas.
Se puede dar la vuelta al lago, por un camino de tierra que pasa en la selva a la orilla del lago. En una horita se puede dar la vuelta con tranquilidad.
El día que fuimos nosotros era domingo y había muchos lugareños que hacían pick-nick por el parque del lago y dándose chapuzones. Lo curioso era que se bañaban vestidos. Después de dar nuestro paseíto nos encontramos con nuestro tuc-tuc driver y la chica. Estaban sentados sobre una manta cerca del lago tomando cerveza y comiendo alguna cosa local de carne y no se sabe que más. Nos invitaron y pasamos el resto de la tarde con ellos...
A diferencia de los laosianos los camboyanos parecen más abiertos hacia los extranjeros.
Fue una muy bonita y tranquila tarde de domingo,,, haciendo pick-nick en un lago azul dentro de un cráter perdido en la profunda Camboya.
Se puede dar la vuelta al lago, por un camino de tierra que pasa en la selva a la orilla del lago. En una horita se puede dar la vuelta con tranquilidad.
El día que fuimos nosotros era domingo y había muchos lugareños que hacían pick-nick por el parque del lago y dándose chapuzones. Lo curioso era que se bañaban vestidos. Después de dar nuestro paseíto nos encontramos con nuestro tuc-tuc driver y la chica. Estaban sentados sobre una manta cerca del lago tomando cerveza y comiendo alguna cosa local de carne y no se sabe que más. Nos invitaron y pasamos el resto de la tarde con ellos...
A diferencia de los laosianos los camboyanos parecen más abiertos hacia los extranjeros.
Fue una muy bonita y tranquila tarde de domingo,,, haciendo pick-nick en un lago azul dentro de un cráter perdido en la profunda Camboya.
Cuando volvimos al hotel nos preparamos para el día
siguiente movernos hacia la capital Phnom Penh. Nos esperaba un viaje de unas
10 horas.
Por la noche se fue la luz del hotel y no pudieron
arreglar el generador,,, así que pasamos bastante calor ya que no habían palas que
movían el aire.
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