Milford Sound y los Fiordos, Nueva Zelanda. Vuelta al mundo

Etapa 77 
Desde Gore en el sur de la isla sur de NZ nos dirigimos hacia las tierras de los Fiordos, Fiordlands.
Después de un par de hora de trayecto llegamos a Te Anau, el pequeño pueblo desde donde parten la mayoría de las excursiones hacia los fiordos de Nueva Zelanda.
Aquí repostamos los víveres y la gasolina ya que en los siguientes 120 kilómetros hasta Milford Sound no había ni gasolineras ni comercios.


Sobre las 12.00h de la mañana empezamos a recorrer la famosa carretera panorámica de Milford Sound. Más nos acercábamos a los fiordos el tiempo iba empeorando, empezó a cubrirse de nubes y niebla hasta que empezó a llover.
Pasamos por un enorme valle, Englinton Valley, fue un espectáculo ver lo enorme que era el valle y las montañas como caían en él.


Seguimos y nos paramos a ver el Mirror Lakes, una pequeña serie de pequeños lagos al lado de la carretera desde donde se veían reflejadas las montañas que tenían detrás. Aquí empezó a llover un poco,,, y la lluvia rompió el espejo…


Volvimos a la Campervan para seguir el camino, llegamos a Cascade Creek donde nos paramos a comer en un bosque que parecía encantado. Musgos verdes, árboles caídos, dimos un paseo por el bosque y solo nos faltó ver algún duende,,, creo que fue uno de los bosques más increíble y hermoso que vi últimamente.




Ya que el tiempo iba empeorando decidimos ir a ver el fiordo al día siguiente, pero antes de buscar un lugar para acampar fuimos a ver la Humbolt Falls. Para llegar hay que meterse por una carretera de tierra durante unos 20 kilómetros. Para llegar a ver la cascada hay que caminar una media hora por el bosque, pero cuando llegas al mirador el espectáculo es increíble, varias cascadas caen en el medio de un valle, las cascadas son altísimas.


Volvimos a la carretera principal a buscar un lugar donde dormir.
Acampamos al lado de un lago, estaba lloviendo mucho y hacía frío y los más increíble fue que estaba lleno de mosquitos,,, había alrededor de 2 o 3 grados y estaba lleno,,, no quiero imaginar lo que puede ser en verano.
La mañana siguiente después de desayunar seguimos el camino hacia Milford Sound.
La carretera se mete en valles muy estrechos, por arriba de nosotros teníamos montañas altísimas con nieve. Lo carteles con “peligros de avalanchas” seguían allí puesto, aunque ya no había mucha nieve. Entramos por el Homer Tunnel, un túnel de un solo carril que cruza las montañas a una altura de 945 metros y tiene 1,2 km de largo.
Cuando sales por el otro lado estás en otro valle enorme y estrecho, con aguas que caen por los laterales de todas las montañas que te rodean, la pena fue que el tiempo estaba malo y las nubes y la lluvia cubrían la mayoría de las vistas. 



Llegamos a la orilla de Milford Sound, uno de los fiordos más bonitos de Nueva Zelanda, pero no se podía ver mucho.
Desde aquí parten cruceros que te llevan a visitar el fiordo, pero las condiciones climáticas eran tan malas que no valía la pena gastar el dinero en un crucero por no ver nada.



Así que después de pasear bajo la lluvia por la orilla del fiordo volvimos a la Campervan para volver a Te Anau.

A la vuelta nos paramos en The Divide, desde donde parten algunos de los pateos más espectaculares de Fiordlands. Empezamos a caminar por el Key Summit, una caminata de unas 3 horas, pero después de una hora de camino nos fue imposible seguir por la cantidad de lluvia que estaba cayendo, así que bajamos totalmente empapados. 


Después de almorzar y secarnos un poco regresamos a Te Anau. Buscamos por la zona otro lugar para acampar y pasar la noche. Al día siguiente nos íbamos a Queenstown. 

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