Perú, de camino a Chivay

Etapa 5
Nos pasaron a buscar sobre las 8:30 de la mañana. El trayecto hasta Chivay, en el Cañón del Colca duraría unas 5 horas.
El camino nos llevó a lo largo de los increíbles paisajes desérticos de los Andes peruanos.
Realmente me imaginaba los Andes con un paisaje más verde, con los picos de las montañas más agudos. Pero no, las montañas suben muy suavemente. El paisaje, los colores y el tipo de vegetación recuerdan extrañamente a la isla de Gran Canaria.



El largo camino nos llevó hasta una altura máxima de 4830 metros sobre el nivel del mar.
Durante el recorrido nos paramos en varios puntos. Pudimos ver las hermosas vicuñas, unos preciosos animales de la familia de los camélidos que viven en pocas zonas de los Andes. Viven en zonas de mucha altura, y están protegidos porque están en vía de extinción. Su lana es una de las más apreciadas y caras en el mundo.



En unos de los puntos de parada obligada, nos paramos a tomar un mate de coca.

Sobre el mate de coca, y las hojitas de coca, habría que abrir una larga charla.
Las personas que piensan que tomando mate de coca se están “drogando” están muy equivocadas. En países andinos como Perú, Bolivia, norte de Chile y de Argentina, esta planta sagrada es perfectamente legal. El mate de coca tiene un efecto estimulante como un café.
El mate de coca es una bebida milenaria consumida ya sea tanto como estimulante como para curar el soroche o mal de montaña, no es ni dañino ni tóxico. Muchas tribus de indígenas de las montañas de los Andes emplean el té con fines medicinales y religiosos. El consumo de mate de coca, así como el mascado de las hojas de coca, incrementa la absorción del oxígeno en la sangre y con ello combate el mal de montaña y tiene efectos positivos como ayudar en la digestión.


El camino proseguía hasta los puntos más altos, y hasta casi alcanzar los 5000 metros de altura. Tuvimos que incluso mascar las hojitas de coca para luchar en contra del soroche, o mal de altura. Más subíamos y más se notaba la falta de oxígeno en el aire. Pero todo iba bien. Cuando te parabas y caminabas, la sensación era como estar flotando en el aire.



Al final, a la hora de almorzar llegamos a Chivay. Almorzamos con el grupo y luego nos fuimos a nuestro hotel, La Casa Andina. Era un sitio muy bonito y genial para descansar.

Por la tarde fuimos a las aguas termales de Chivay. Son aguas calientes que salen directamente de la montaña a una temperatura de 80º, luego las canalizan y separan en piscinas. Había varias piscinas, todas al aire libre. Aunque la temperatura exterior era bastante fresquita, en el agua de las piscinas se estaba estupendamente. Terminado el bañito volvimos al hotel para prepararnos para la cena.

Chivay es un pequeño pueblo situado al principio del Cañón del Colca. Está a una altura de 3620 metros. Las calles son de tierra y las casas son principalmente de barro. Es un punto de partida para los turistas que van a visitar el Cañón.


Fuimos a cenar en un gracioso restaurante cerca del hotel. Aquí nos entretuvieron con bailes típicos del lugar. Después de cenar volvimos al hotel, el soroche empezaba a notarse. La mala sensación probablemente se aumentó debido al fuerte cambio de temperatura en el agua de las piscinas termales. Intentamos descansar, al día siguiente había que madrugar.

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