Etapa 9
Fue duro despertarnos tan temprano en un sitio tan
bonito. Pero a las 8.15 h pasaba el bus que nos llevaría al cruce de carreteras con Pucón y el
Parque Nacional de Huerquehue.
Esperamos en el medio de una carretera donde no pasaba
nadie, pero al final llegó el bus. Bajamos en el cruce, donde
tenía que pasar el primer bus que subía al parque desde Pucón. Esperamos menos
de 10 minutos y llegó. Primera prueba superada. Esta ruta la improvisamos
esperando que los buses coincidieran, y todo salió bien.
Sobre las 10.00 h llegamos al Parque Nacional de Huerquehue,
entrada para extranjeros 4500$ (aprox. 6€). Nos registramos en el puesto de los
Guarda Parques. No dan mapas. El sendero es uno y está bien señalizado.
Empezamos a caminar. Teníamos que estar de vuelta a las 17.00, hora de salida
del último bus que bajaba a Pucón.
El Parque Nacional de Huerquehue es un maravilloso parque
repleto de ríos y cascadas, lagos alpinos y bosques de araucarias. Está
considerado como la estrella de los parques del sur de Chile y uno de los
mejores parques de todo Chile.
La primera parte del camino era llana y costeaba el
primer lago, el Lago Tinquilco. Fue un paseo muy bonito al lado del lago y en el
bosque.
Terminado el lago seguimos el Sendero de Los Lagos que
entraba en el bosque más antiguo, donde empezaba la verdadera subida.
Empezamos a caminar a una altura de 700 metros y teníamos
que llegar a los 1350 metros, zona de los lagos alpinos.
Después de una horita de subida tranquila llegamos al
segundo puesto de control de los Guarda Parques. No había nadie.
La subida se hacía más empinada.
La primera parada la hicimos en la Cascada del Águila. Tuvimos
que desviarnos unos 400 metros del camino, volviendo a bajar para verla. Era una hermosa
cascada, bastante alta, parecía un tobogán.
Volvimos al camino y la segunda parada la hicimos en el primer mirador.
Volvimos al camino y la segunda parada la hicimos en el primer mirador.
Las vistas eran espectaculares. Se veía el Volcán
Villarica en el fondo, el Lago Tinquilco en el centro y rodeado de montañas. Ya estábamos
a una altura de 950 metros.
Seguimos con paso tranquilo y llegamos al segundo
mirador, mismas vistas del anterior, pero más arriba a unos 1050 metros.
Otro desvío y otra hermosa cascada.
Volvimos al camino y después de una última subida llegamos a la cima de las montañas.
Volvimos al camino y después de una última subida llegamos a la cima de las montañas.
Bajamos un poco y llegamos a los magníficos lagos
alpinos, a unos 1350 metros.
Todo el camino recorrido fue magnifico, pero ver el
primer lago alpino, el Lago Chico, fue una emoción increíble.
Pasamos un puente de madera y costeamos el Lago Chico,
que tan chico no es.
Llegamos a un cruce. Por un lado a unos 100 metros el
Lago Toro y por el otro, a unos 500 metros la Laguna Verde.
Optamos por el Lago Toro. Llegamos a una hermosa playita
de piedras chicas, y nos sentamos a admirar las hermosas vistas.
Aquí nos paramos a comer, estábamos rodeados de
lagartijas verdes y pajaritos, en un antiguo bosque con árboles de más de 400
años y un precioso lago frente a nosotros…
Después de unos bonitos momentos a la orilla del lago,
seguimos el sendero hasta llegar a la Puntilla del Lago Toro.
Este creo que fue el punto más hermoso de todo el camino.
Un lugar especial, mágico, lleno de energía. Nos sentamos en una roca y nos
mojamos los pies. El día estaba genial, soleado, con calor, y después de la
subida apetecía bañarse.
Nos quedamos en este hermoso lugar un rato. No teníamos ganas
de irnos, pero había que ver también la Laguna Verde. Nos encaminamos hacia la
laguna y en poco tiempo llegamos.
Ya eran casi las 15.00 h, teníamos que estar donde comenzamos el camino a las
17.00 h, así que tuvimos que empezar a bajar. La bajada fue rápida aunque
bajamos sin prisas.
Una vez abajo nos refrescamos en un riachuelo, el calor
era mucho, y la cabeza necesitaba refrigerio…
A las 17.00 h el chófer del bus, después de controlar si estaban todos los
pasajeros que habían subido por la mañana, partió. El conductor del bus, con la fantástica amabilidad
chilena, había avisado al chófer del otro bus que subía desde Pucón hacia las
Termas, que si no habíamos llegado, que nos esperara, ya que era el último bus que
se dirigía a las termas.
Afortunadamente llegamos antes nosotros que el bus que subía a las termas. Subimos y
empezamos a hablar con este otro chófer, un auténtico chileno del campo, muy simpático,
y que nos contó toda su vida.
Llegamos a las termas y nos dimos un fantástico baño reestructurante
en las piscinas termales. Los músculos lo agradecieron.
Al día siguiente había que volver a Pucón.
¡Qué buen viaje te tomaste Diego! ¿En qué lugar te hospedaste? ¡Esperamos que en una de las cabañas de Pucón! ¿Verdad? ¬¬
ResponderEliminar