Etapa 3
Desde el Chaltén volví a el Calafate y aquí me quedé un día más a descansar. El Colectivo que me llevaba a Río Gallego salía a las 3 de la mañana. Después de un tranquilo viaje llegué al aeropuerto. Aquí cogí el vuelo hacia Ushuaia. Después de unos 50 minutos de vuelo empezamos a ver el final de la cordillera de los Andes. Una imágen espectacular. La pista de aterrizaje era super corta, en un pequeño islote en el mar.
Ushuaia tiene bastante movimiento de turistas. Muy bonita, con montañas nevadas por detrás y el mar del canal de Beagle por delante. El cielo da la impresión de ser muy bajo.
¡ESTOY EN EL FIN DEL MUNDO!
Me alojé en mi nuevo hostal y di una vuelta por la ciudad.
Al día siguiente fui a visitar el Parque de la Tierra del Fuego. Aquí empieza, km 0, la carretera panamericana que une América del sur con América del norte, llegando hasta Alaska por un recorrido de 17848 km.
Caminar en el parque es muy fácil, tiene muchos caminos sin ningún tipo de dificultad que te llevan a conocer las castoreras y el interior del parque. Los castores los introdujeron de Canadá para comercializar sus pieles. Estos, en un nuevo hábitat sin depredadores naturales, empezaron a multiplicarse sin control destruyendo el equilibrio natural de la zona. Además de los castores introdujeron los conejos que también devastaron la zona.
En uno de mis paseos llegué hasta la frontera con Chile, era un palo plantado en la arena. Pasé la frontera y me fui a almorzar a Chile.
Aquí, el tiempo es bastante inestable, a veces nieva, a veces sale el sol, a veces llueve, pero el frio es constante.
Una visita interesante es el Museo de los Yamana. Muy pequeñito pero te cuentan la historia de los antiguos habitantes de la Tierra del Fuego. Estos indígenas no tenían ropa, recubrían sus cuerpos con grasa de ballena para aguantar el frio. Estaban desnudos, no tenían ropa porque la humedad la empapaba y hubiesen sentido más frio. Vivian como nómadas cazando y recogiendo moluscos.
Otra excursión interesante es la visita de los lobos marinos. Había muchos barcos que te llevaban al canal de Beagle para acercarse a los Lobos Marinos. El Barco que más me gusto fue el Barracuda, un barco construido en el 1940. Navegó con ruta Buenos Aires – Montevideo, llevando gente. Hace 30 años llegó al Fin del Mundo y fue el primer barco en llevar turistas por el canal de Beagle. Cuando salimos éramos solo 4 personas. La ruta fue muy agradable, nos acercamos a los islotes de los lobos marinos y de los cormoranes. Los lobos marinos son animales enormes, parecen tranquilos y pasan mucho tiempo durmiendo. Lo más desagradable es el olor que emanan.
Después de esta agradable estancia en la Ciudad de Ushuaia me preparé para un nuevo y largo viaje hasta Trelew al norte de la Patagonia.
¡Adios al Fin del Mundo!
Que bonita Ushuaia! Eso si, hace un frio que te cagas!!! Llegar al fin del mundo es una emoción que no se olvida...
ResponderEliminarGracias, tengo pensado desaparecer de la ciudad por varios años, ahora investigo sobre esta tierra, y es grato ver la emoción con la que allí se vive... Envejecer allá no esta mal!!!
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