Argentina, San Juan y Valle Fértil

Etapa 9
El viaje desde Salta a San Juan duró unas 15 horas por lo que estábamos muertos de cansancio. Muchas excursiones seguidas, y aún no habíamos terminado. Llegados a San Juan buscamos una conexión hacia Mendoza, pero resultó difícil encontrar algo cómodo, así que decidimos quedarnos aquí a descansar un poco para luego dirigirnos hacia la siguiente meta.
En San Juan hacía bastante calor, un calor seco como de calima. Buscamos un hostal y descansamos un poco. Nos hacía falta.


San Juan es una ciudad sorprendentemente muy bonita. Verde, los campos a su alrededor estaban llenos de fértiles viñedos. Es una ciudad moderna, llenas de bares de diseño, mucha vida en sus calles y muy buen ambiente. Nos hubiéramos quedado un par de días aquí si hubiésemos tenido tiempo.
Al día siguiente nos despertamos otra vez muy temprano, 6:00 de la mañana. El rumbo era hacia Valle Fértil. El autobús tardó unas 4 horas en llegar a este pueblito perdido en los campos.

Valle Fértil es un pueblo pequeño, con las carreteras de tierra, pocos sitios donde alojarse y un solo restaurante donde poder comer. El hostal donde nos quedamos era muy bonito, con muchos colores.

En este lugar aún hay pocos turistas. Realmente pasan por aquí principalmente los turistas que quieren ver el parque nacional de Talampaya y el Valle de la Luna.


Valle Fértil diría que es un pueblecito perdido en el tiempo. Muy tranquilo. Hacía calor seco, este calor que te seca mucho la garganta. Además había bastante polvo en el aire.


Los pocos coches que había eran super antiguos. En general, en el interior de Argentina se pueden encontrar coches viejos, pero no tanto como los que pude ver por aquí.

Paseando por estas calles nos hicimos amigos de un perrito, que al final nos siguió por todas partes. En general en el interior de Argentina los perros suelen estar como “libres”. Pasean libremente por las calles y por la noche vuelven a sus casas. Tendría que ser así en todo el mundo.

Por la tarde intentamos vender los billetes de bus de vuelta hacia San Juan ya que estudiamos la ruta y decidimos cambiar de rumbo. Después de visitar el parque de Talampaya y el Valle de la Luna, decidimos movernos hacia Córdoba. Intentar vender los billetes no fue tarea fácil, pero al final lo conseguimos. Felices nos fuimos a descansar.

El día siguiente sería otro día intenso.

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