Erupción del Volcán Sinabung en Berastagi, Sumatra, Indonesia. Vuelta al mundo

Etapa 55 
Llegamos a Berastagi diría por fortuita casualidad, una de estas cosas que hay que dejar que ocurran y que el destino cumpla con sus planes. Berastagi era un lugar al que teníamos pensado ir, pero que luego habíamos descartado y aprovechando que el conductor del minivan que nos tenía que llevar al Lago Toba se había perdido y había llegado demasiado tarde para coger el otro transporte, decidimos quedarnos unos días en Berastagi.


Berastagi es un pueblo que está entre dos volcanes gemelos, el Volcán Sibayak y el Volcán Sinabung. Es un lugar atractivamente turístico porque estos dos volcanes son de los más fáciles para subir en Sumatra.
Cuando llegamos a Berastagi estaba cayendo ceniza del cielo,,, hacía unos días que el volcán Sinabung estaba expulsando ceniza. La gente caminaba con mascarillas y todo estaba sucio de polvo blanco, era como si estuviera nevando. 


Además los militares habían evacuado las zonas de alrededor del volcán Sinabung por alerta por erupción. El volcán Sinabung tiene una altura de 2450 metros y está a 20 kilómetros de Berastagi. Mientras que el volcán Sibayak tiene una altura de 2094 metros y está en Berastagi, a 1300 metros de altura.
Nos buscamos una Guest House y al día siguiente por la mañana empezamos el ascenso al volcán Sibayak. 


Justo detrás de casa había un camino que llevaba a la entrada del parque y por un sendero se sube a la cima del volcán. 
Para llegar a la entrada del parque hay que caminar unos tres kilómetros o se puede coger un colectivo por 3000 Rupias por persona (aprox. 0.20€),,, cogimos un colectivo. La entrada del parque cuesta 4000 Rupias (aprox. 0,26€). Desde la entrada hay una carretera medio asfaltada y en una hora llegas hasta la subida a la última parte del cono del volcán Sibayak, la subida es muy fácil. 


El día estaba nublado y arriba hacia fresquito. La noche anterior había llovido mucho y la última parte de la subida al cono era por senderos de tierra que estaban embarrados. Para subir la última parte tardamos 45 minutos. 


Antes de llegar a la cima pasas por zonas de selva bastante frondosas, pero cuando te vas acercando a la boca del volcán el terreno se hace más desértico, las rocas se vuelven blancas, amarillas y de muchísimos otros colores. 



El aire empieza a oler a azufre y se empiezan a ver fumarolas que salen de las profundidades de la tierra tiñendo las rocas de amarillo azufre. 
En la parte más alta nos encontramos con varios excursionistas locales que se habían quedado arriba a pasar la noche. Nos pudimos acercar a varias fumarolas, el ruido que emitían era ensordecedor y el olor a azufre era muy fuerte.


Seguimos subiendo y llegamos a la antigua boca del volcán donde ahora hay un pequeño lago.


Seguimos nuestra subida hasta la parte más alta del cono volcánico, a 2094 metros. Desde aquí teníamos una vista a 360º y frente a nosotros apareció el volcán gemelo, el volcán Sinabuk. La pena fue que el día estaba nublado y no pudimos disfrutar a pleno de las increíbles vistas.


Nos quedamos en la cima unas horas, comimos unos sandwiches y estuvimos observando el volcán Sinabuk que el día anterior había lanzado cenizas. En aquel momento parecía que estuviera emitiendo un humo blanco, pero no estábamos del todo seguros por las nubes que había en el cielo.


Después de unas horas decidimos bajar un poco e ir a otra punta para ver al Sinabuk desde otra perspectiva, hacía frío y estábamos pensando en volver a Berastagi.
Cuando de repente empezamos a ver una avalancha de humo gris-rojizo, densa, que estaba cayendo por la ladera del Volcán Sinabuk. 


Al principio no entendimos bien lo que estaba pasando, pero a los pocos minutos desde la cima del volcán empezó a salir una gran nube densa que subió muy alta en el cielo. 


Todo fue muy rápido,,, nosotros estábamos allí observando entusiasmados y asombrados cuando vimos que la nube empezaba a acercarse muy rápidamente al lugar donde estábamos. Los chicos locales empezaron a correr hacia abajo y nos gritaron “run, run, hurry up”. En menos de 10 minutos la nube de ceniza había recorrido 20 kilómetros hasta llegar donde estábamos nosotros… 



El cielo se llenó de ceniza, nos pusimos la mascarilla que habíamos comprado previamente y empezamos a correr hacia abajo sin saber bien lo que estaba pasando.
En 20 minutos bajamos lo que habíamos tardado 45 minutos en subir… estábamos blancos, llenos de ceniza, los ojos nos picaban. Habíamos dejado la nube de cenizas al otro lado de la montaña y pudimos seguir bajando hasta Berastagi sin más peligro.
Fue una experiencia excitante, emocionante,,, vivimos una erupción de cenizas en directo, fue increíble.
Al día siguiente cogimos otro minivan, que ya habíamos pagado, para ir al Lago Toba, felices por las emociones que nos estaba brindando Sumatra.

Bukit Lawang  <<  >>  Lago Toba 

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