Perú, Lima

Etapa 14
Llegó el día de la vuelta a Lima. Después de varios problemas de overbooking en el aeropuerto, al parecer normales, con dos horas de retraso cogimos el avión hacia Lima. El vuelo fue tranquilo y rápido. En menos de una hora llegamos a Lima.

Como nos esperábamos, la vuelta a Lima fue traumática. El trafico, las locuras de los taxistas y todo vehículo con ruedas. La contaminación, el clima, siempre nublado y con una bruma persistente… Un desastre.

Cuando llegamos al hostal no tenían la habitación preparada… después de esperar varias horas y después de alguna discusión conseguimos nuestra habitación. Estábamos cansados. Al final del viaje te sale todo el cansancio acumulado. La decisión de quedarnos en Miraflores fue acertada. Es un barrio muy tranquilo y seguro. 

Al día siguiente, el último día en Lima y Perú, fuimos a explorar el Centro de Lima.
Esta vez para movernos por Lima decidimos probar los buses locales. La verdad que fue una experiencia graciosa, aunque a veces parecía una carrera de obstáculos.



El bus era pequeño, sucio, estrecho y con asientos imposibles. Una vez sentados hay que esperar hasta tu parada o hasta que el hombre que grita todo el rato te avise. Al poco de estar en el bus subió un hombre con una caja rítmica y empezó a tocar ritmos a la vez que animaba a los pasajeros a bailar.



Anécdotas del bus a parte, el paisaje de Lima durante el recorrido fue llenándose de edificios coloniales, algunos parques bonitos y sobre todo mucha gente. ¡El tráfico es imposible! Una vez en el centro nos dirigimos hacia la Plaza de Armas. Es bonita y rodeada de edificios elegantes con impresionantes balcones tallados en madera. Anduvimos un rato por allí mientras ocurría el cambio de la guardia del palacio presidencial.




Fuimos a visitar varias iglesias, comimos, y paseamos un poco más. El centro de Lima no está mal. Al final cogimos otro bus loco y volvimos a Miraflores.

En nuestra última noche fuimos a Barranco, un barrio encantador al lado de Miraflores. Es un barrio lleno de vida, bares, restaurantes. Pasamos por el puente de los suspiros, buscamos un sitio para cenar. Barranco es un barrio lleno de casas preciosas, coloniales, autenticas.

Cenamos en un lugar de comida fusión y probamos por fin el famoso Pisco Sur, una especie de vodka con lima espumoso. Y volvimos a probar ceviche.

Después de cenar, ruta por los bares de barranco, y al final medio borrachitos volvimos al hostal.

A la mañana siguiente pudimos dar una última vuelta al barrio de Miraflores, Lacomar, etc.


Después de almorzar vegetariano nos fuimos al aeropuerto. Listos para volver a casa.

Diría que lo hay que ver en Lima es el centro y Barranco. Miraflores es un barrio tranquilo para quedarse, pero no hay nada de interesante que ver.

Perú es un lugar muy bonito, nos faltó ver la selva y el norte… pero nunca se sabe si volveremos.

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