Andalucía, el Triangulo de Oro, Sevilla

Dejamos Granada por la mañana, nuestra última meta era Sevilla. En el camino rumbo Sevilla pudimos pararnos para visitar unos pueblecitos medievales muy bonitos.
Dejamos el coche en el aeropuerto con la gasolina prácticamente a cero… casi no llegamos. Desde allí, con un bus nos acercamos a Sevilla.


Sevilla, una ciudad a la orilla del Guadalquivir y con más de 2000 años de historia.
Sevilla hay que recorrerla, vivirla, perderse en sus calles y en sus diferentes barrios.


Es la ciudad del flamenco y de los toros. Sus centenares de bares y restaurantes hacen la ciudad siempre viva y alegre en cualquier momento del día y del año.


La Giralda es el eje en torno al cual se encuentran los principales monumentos de la ciudad: la Catedral, el Real Alcázar y el barrio de Santa Cruz. Si ampliamos un poco el círculo, nos encontraremos con La Torre del Oro a la orilla del Guadalquivir, la Plaza de Toros, la Plaza de España, el Parque de María Luisa, y muchos más…


La Catedral es la mayor catedral gótica de España y la tercera más grande del mundo, después de San Pedro en Roma y San Pablo en Londres. Está construida sobre la antigua mezquita árabe, de la cual queda solo la Torre de la Giralda.





La Giralda, con su altura de 97,5 metros fue en su tiempo la construcción más alta de Europa. Para subir hasta la cima hay que recorrer un amplio pasillo en espiral preparado para que pudieran subir caballos. Una vez arriba se puede admirar la ciudad a 360 grados.


El Real Alcázar es uno de los edificios más espectaculares de Sevilla. Viniendo directamente de Granada y después de ver la Alhambra, creo poder afirmar que el Alcázar de Sevilla supera a la Alhambra por su hermosura y detalles arquitectónicos. La parte árabe del Alcázar de Sevilla es sorprendentemente más bonita que la parte árabe de la Alhambra de Granada. Y digo sorprendentemente porque Los Palacios Nazaríes de la Alhambra para mi eran maravillosos.




Se podría pasar un día entero en los palacios del alcázar sin cansarte. Eso sí, lo mejor es ir en una época del año con pocos turistas. Con mucha gente no puedes apreciar sus espacios.



La cúpula de la sala de los embajadores es espectacular, tallada en madera de cedro y rodeada de arcos arabescos. … y muchos detalles más.



También los jardines son muy bonitos, y frescos en épocas de mucho calor. La parte más “común” y con menos interés, sobre todo después de ver los palacios anteriores, es la zona más moderna, los salones de Carlos V.



En una visita a Sevilla no hay que perderse el Real Alcázar.
El barrio de Santa Cruz es el barrio más característico de la ciudad, con sus estrechas calles y sus edificios blancos y amarillos. Es la zona más turística, con multitudes de tiendas de souvenires y restaurantes. Pero aún así es muy bonito perderse en sus callecitas.



Muy interesante y bonito es un paseo por el Guadalquivir, pasando por la Torre del Oro y la Plaza de Toros hasta llegar al Parque de María Luisa.







Al lado del parque se puede admirar la impresionante Plaza de España, con forma semicircular y dos torres que cierran ambos lados.


En su interior las espectaculares decoraciones con azulejos que recuerdan a todas las provincias españolas.


Y aquí se concluye con la visita del Triangulo de Oro, Córdoba, Granada y Sevilla. Las tres son ciudades muy bonitas. No habría que dejar de conocer ninguna de las tres.


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