Mingun, Myanmar

Etapa 1 

Desde Bangkok el avión nos dejó a Mandalay a mediodía, en el centro de Myanmar la antigua Birmania. 

Antes de entrar en el país hicimos la Visa on-arrival
El control de pasaportes fue bastante rápido. Una vez pasado el control hay una casa de cambios, pero la que está después de la salida de la zona de las maletas tiene un cambio mejor. 
La comisión de cambio es muy poca, así que vale la pena cambiar dinero aquí. Los euros los cambian sin problemas.


Para llegar a la ciudad hay un taxi colectivo, con precio fijo, 5000 kyats o 4$ (aprox. 3.20€). 
El trayecto es de unos 40 minutos y el taxi te deja delante del hotel que le digas. 

Dejamos las cosas en el Hotel, estábamos cerca del río, y salimos a almorzar. La tarde la usamos para organizar los días en Mandalay.


Al día siguiente cogimos el barco para ir a Mingun, una de las 4 antiguas capitales birmanas que rodean Mandalay. Está por el otro lado del río, a unos 14 kilómetros de Mandalay.
El barco zarpa a las 9.00 de la mañana y hay que estar antes para comprar los billetes, coste 5000 kyats (aprox. 3.2€) por persona, ida y vuelta. No hay que olvidarse de llevar pasaporte o fotocopia, te lo piden para sacar el billete.
El muelle es un lugar lleno de vida. La gente desde primera hora está trabajando.




El trayecto en barco dura aproximadamente una hora. Una navegación muy tranquila por el río Irawad. 




Para visitar Mingun hay que pagar una entrada de 5000 kyats, que también te vale para Sagaing, otra de las 4 antiguas capitales Birmanas.


Mingun es prácticamente una calle donde hay varios templos y pagodas. Un lugar bastante turístico. Solo con llegar con el barco se acercaron los vendedores de souvenirs.



La primera Pagoda que encontramos fue Mingun Paya.
Es prácticamente una montaña cuadrada con en cada lado un gran nicho donde en su interior hay un Buda.


Esta tenía que ser la Pagoda más grande del mundo, pero no se terminó nunca porqué los astrólogos del Rey Bodawpaya, el que mandó hacer la construcción en el 1790, dijeron que una vez que se terminara el Rey hubiera muerto. Así que el rey tomó una decisión muy rápido.


Al acercarnos a la montaña enseguida vinieron a decirnos que teníamos que quitarnos los zapatos y que no podíamos llevarlos con nosotros. Obligación dejarlo en custodia a cambio de una propina.
La montaña está marcada por unas grandes rasgas de un terremoto.

Después de dar la vuelta a la montaña recuperamos nuestros zapatos y seguimos el trayecto.


Vimos la Mingun Bell, teóricamente la segunda campana más grande del mundo, después de la del Zar de Moscú,  pero nunca se terminó. 


El recorrido siguió por la calle llena de puestos de ventas de souvenirs y comida, definitivamente Mingun es un lugar muy turístico.
Una peculiaridad de los birmanos son los dibujos que se hacen en la cara con la Thanakha, una crema que los protege de los rayos solares y que usan como maquillaje de belleza.
Es un producto que usa y distingue la población pobre de la rica.



Finalmente llegamos al Hsimbyume Paya. Un espectacular y hermosa Pagoda blanca de forma circular. La construyó el Rey Bagyidaw. Está dedicada a su primera consorte, la Dama del Elefante Blanco, que murió en el parto.


Me sorprendió bastante a la vista. Estuvimos rodeándola y luego subimos hasta la parte más alta donde están los nichos con los budas. Una preciosidad.





Bajamos del templo y volvimos a buscar los zapatos, esta vez nos negamos en pagar por dejarlos fuera.


El primer contacto con la gente de Myanmar me pareció bueno. La gente, a pesar que en estos sitios turísticos intenten venderte de todo, al final siempre es muy amables y curiosa.


Teníamos solo una hora y media para visitar Mingun, es el tiempo establecido por el barco que te lleva, a las 12.30 el barco volvía a Mandalay.
Llegamos un poco antes de la salida del barco y nos pusimos a observar la vida local alrededor del río.





Volvimos a la ciudad y fuimos a comer.
Por la tarde con un Tuk Tuk nos acercamos a la estación para preguntar por el tren que pasa por el viaducto de Gokteik. 
El tren desde Mandalay sale a las 4.00 de la mañana, y para ver el viaducto hay que ir hasta Hsipaw, 12 horas de viaje. Salimos para pensar si ir o no y cuando ir. 

Por lo que estuvimos viendo Mandalay es una ciudad enorme con bastante tráfico y a parte de los templos, pocas cosas interesantes que ver. Después de pasear un poco cogimos otro Tuk Tuk para volver al Hotel. El conductor era un personaje, al final lo contratamos para ir al día siguiente a visitar las tres antiguas capitales que nos faltaban, Amarapura, Inwa y Sagaing.


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