Etapa 79
Desde Wanaka empezamos a recorrer la larga carretera de
la West Coast, la primera parada la hicimos en el Glaciar Fox.
El Glaciar Fox
es el más largo de Nueva Zelanda, 12 km, empieza a una altura de 3000 metros
hasta llegar casi al mar. Este largo río de hielo es otro de los muchos
glaciares en el mundo que están retrocediendo.
Con la Campervan llegamos al
parking que está a unos 300 metros del frente del glaciar. Con un paseo de 15
minutos se llega a un mirador donde se ve lo que queda del Glaciar Fox, cada
año va disminuyendo su superficie, una pena. No hay que pagar para visitar el
glaciar.
Después de visitar el glaciar nos movimos hacia el
Glaciar Franz Josef donde nos quedamos a pasar la noche en un camping.
Al día siguiente seguimos por la carretera de la Costa
Oeste hacia el norte.
Los paisajes iban cambiando poco a poco, ya no estábamos
en medio de montañas con valles y con lagos, la vegetación de las montañas se
fue convirtiendo en Rain Forest, bosque frondoso con mucha vegetación... Pero, sinceramente la
carretera de la Costa Oeste me pareció bastante monótona.
Nos paramos en Punakaiki donde las rocas del mar se
convierten en Pancakes,,, las piedras se fundieron con microorganismos y por un
extraño fenómeno se erosionaron con velocidades diferentes dejando un paisaje
de rocas a multicapas.
Las láminas que se ven parecen creps montados unos sobre otros. Las rocas están en un acantilado y el momento mejor para verlas es
cuando hay marea alta ya que el mar se mete entre ellas creando juegos de agua.
Cuando llegamos la marea estaba a media, así que no pudimos disfrutar del
espectáculo.
Desde los Pancakes Rocks seguimos hacia el norte hasta llegar
a Karamea un pueblo costero perdido en el norte de la isla sur. Para llegar hay
que recorrer una carretera de curvas que sube por las montañas y luego volver a bajar a la costa, no mucha gente llega
hasta aquí.
Pasamos la noche en un campamento al lado del mar y al
día siguiente nos dirigimos al punto de salida del primer pateo del día.
Por una carretera de tierra llegamos hasta el principio
del Fenian Caves, un circuito de 5 km y 3 horas de camino. El pateo fue muy
bonito, nos metimos por la Rain Forest, por uno sendero entre raíces y rocas,
divertido porque no era el sendero fácil y bien marcado que suele haber por
aquí, para no perder el camino había que seguir con atención las señales,,, hasta
que llegamos a varias cuevas.
La primera era una cueva de mineros, aquí se
buscaba oro,,, seguimos por el camino y nos metimos en un pequeño túnel en
la roca. Es un túnel escavado por el agua de un río y para entrar necesitas
linterna. El túnel es 80 metros de largo y hay puntos que llegan a medir no más
de 70 cm, si tienes claustrofobia o miedo a la oscuridad no es aconsejable
recorrerlo.
A parte de la aventura de recorrer el túnel en la oscuridad, el punto más
emocionante fue cuando apagamos las luces y en medio de la oscuridad total se
veían puntos fluorescentes pegados a las rocas,,, eran puntos luminosos, pero no
eran luciérnagas, increíble. Salidos del túnel vimos un par de cuevas más y
luego disfrutando del sendero entre rocas y raíces y volvimos hasta la Campervan.
Desde allí fuimos a Oparara, desde donde salían otros
senderos. Para llegar al punto de partida hay que meterse por una carretera de
tierra durante 15 kilómetros. Pueden pasar solo coches y los vehículos no muy
grandes.
Allí fuimos a recorrer otro par de senderos, pero no demasiado interesantes, uno de ellos tenía un arco en la roca y un túnel de 30 metros de altura que atravesaba la montaña.
Por la tarde empezamos el camino de vuelta hasta Westport y desde allí nos acercamos a Nelson. Pasamos la noche en otro camping del gobierno. Gracias a la aplicación para móviles, Campermate, todos los días conseguimos encontrar lugares de acampada en puestos impensables, muchos de ellos gratis o a muy buen precio.
Allí fuimos a recorrer otro par de senderos, pero no demasiado interesantes, uno de ellos tenía un arco en la roca y un túnel de 30 metros de altura que atravesaba la montaña.
Por la tarde empezamos el camino de vuelta hasta Westport y desde allí nos acercamos a Nelson. Pasamos la noche en otro camping del gobierno. Gracias a la aplicación para móviles, Campermate, todos los días conseguimos encontrar lugares de acampada en puestos impensables, muchos de ellos gratis o a muy buen precio.
Después de otra fría noche en las montañas al día
siguiente nos encaminamos hacia el Parque Nacional Abel Tasman.
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