La Ciudad Antigua, Estambul, Turquía

Etapa 4

Desde la Capadocia por la tarde llegamos al aeropuerto internacional Sabina Gökcen (SAW), a Estambul. 

Para llegar al hotel decidimos contratar un transporte. El hotel nos pedía 55€ por el trayecto, pero a través de booking.com conseguimos un transporte por 47€.

Cuando llegamos al aeropuerto nos estaba esperando en el punto de encuentro.

Nos sorprendimos por la calidad del trasporte, una furgoneta de lujo. En una hora y media llegamos al hotel que estaba situado muy cerca de la mezquita Azul. 

En Estambul nos íbamos a quedar dos días más, luego nos moveríamos a visitar Pamukkale para luego volver aquí a pasar los últimos días antes de volver.

Ya que la ciudad es muy grande, tomamos la decisión de pasar la primera parte de la visita en la ciudad antigua y la segunda parte en la parte más moderna de Galata. Y creo que fue fue una decisión muy acertada.  

Ya era por la tarde, así que decidimos dar un pequeño paseo para explorar los alrededores.
Lo primero que hicimos fue a visitar la Mezquita Azul. 



No hay que pagar entrada. Por dentro es muy bonita, con azulejos azules al que les dan el nombre a la mezquita. 

Está situada frente a la Gran Mezquita de Santa Sofía y separada por grandes jardines.

Hay que tener en cuenta que para entrar en las mezquitas hay que quitarse los zapatos, así que, es aconsejable llevar una bolsa donde ponerlos si no quieres dejarlos en la entrada. 

Después de pasear un poco por las calles alrededor volvimos a descansar. En el camino de vuelta nos encontramos con una muy bonita sorpresa. La Mezquita Azul iluminada.

Primer día de ruta por Estambul.

Al días siguiente, empezamos nuestra ruta por la ciudad antigua, el día estaba soleado, aunque hacia frío. Ya que al día anterior habíamos visitado la Mezquita Azul, nos dirigimos directamente a Santa Sofía. 

La Gran Mezquita de Santa Sofía o Hagia Sophia, es uno de estos monumentos que hay que visitar de forma obligada, sobre todo por su importancia arquitectónica. Fue el edificio religioso más grande al mundo durante muchos siglos.

Sofía viene del griego y significa sabiduría. El nombre de la construcción fue la oda a la Sabiduría de Dios (Santa Sofia). 

Se inauguró en el año 537 como Catedral Cristiana, posteriormente se convirtió en Iglesia Ortodoxa, más tarde en Mezquita y luego en Museo. A partir del 2020 volvió a ser Mequita de la ciudad. 

Fue la Catedral con mayor superficie al mundo durante casi mil años. La gran cúpula central ha sido un gran referente en la historia de la arquitectura.

Para entrar hay que pagar 30€. Por dentro es muy bonita, desde hace pocos años la volvieron a abrir al público como mezquita religiosa y los turistas no pueden ir en la parte baja, solo pueden verla desde los balcones laterales. 

Esto hace que el esplendor y la magnitud de esta construcción arquitectónica pierda su magia. Es muy bonita, pero seguramente verla desde abajo hubiera sido otra cosa. 

A lo mejor me esperaba algo más, pero no me transmitió como esperaba. 

Después de la Mezquita de Santa Sofia fuimos a visitar la Cisterna Basílica , Entrada 30€. 

La  Cisterna Basílica o Palacio Sumergido, es algo que no te esperas. Es la cisterna más grande de las 60 que se construyeron para asegurar el abastecimiento de agua en caso de asedio. Se construyó en pocos meses en el año 532. 

Está bajo tierra y 336 columnas de mármol con una altura de 9 metros, mantienen las grandes bóvedas. En el suelo hay agua. Hay que pasear por pasarelas encima del agua. 

Lo bonito son las luces y los reflejos que se crean en este espacio. Además, en su interior había una exposición artística de lo que el tema era el agua. 

Hay una parte de la cisterna donde se pueden ver dos columnas con el rostro de Medusa. Se desconoce su origen, pero se piensa que se pusieron con la cabeza invertida para anular los efectos de la petrificación de la mirada de la Gorgona. 

Muy bonita la experiencia de la visita de la Cisterna. Para no perderla. 

Hay otra cisterna parecida a esta y abierta al público en Estambul, la cisterna de Teodoro, la entrada siempre 30€, pero nosotros finalmente no entramos. 

Seguimos nuestro paseo hacia el Mercado de las Especias, o también llamado Mercado Egipcio

Hay que tener en cuenta que esta zona es muy turística, y antes del mercado, después y más allá, hay miles de lugares que venden falsificaciones de más o menos buena calidad. Por lo que vimos esta zona y el mercado Gran Mercado no son las más baratas donde comprar. Además ya no están tan propensos al juego del regateo. 


El Mercado de las especias llevas más de 4 siglos funcionando. No es muy grande, pero vale la pena visitarlo. 

Salimos de la zona el mercado y llegamos a la Mezquita de Solimán o Suleymaniye

No hay que pagar entrada y es una mezquita que no hay que perderse. Desde aquí se puede ver la ciudad desde lo alto. 

La mezquita se construyó en el año 1550 y fue la Mezquita más grande de Estambul hasta el año 2019.

Desde la mezquita de Suleymaniye bajamos hasta en puerto del Cuerno de Oro y el Puente de Galata.
El puente une la Ciudad Antigua con el barrio más moderno de Galata. Tiene dos niveles, en la parte inferior hay restaurantes y en la parte superior se usa como unión entre las dos costas. 



Eran las 17:00 h y hacia bastante frío, pero decidimos dar el paseo por la tardecer en el Bósforo. Encontramos un barco que hacia el recorrido por el Bósforo por 200 liras (5,50€). El recorrido duraba casi dos horas. En otra ocasión que pasamos por esta misma zona, vimos que también había tours por el Bósforo por 150 liras. 

El día estaba soleado, aunque frío. Nos pusimos en la parte de arriba y disfrutamos del crucero con las vistas a los edificios antiguos de la costa del Bósforo. 



Terminado el paseo, compramos un bocadillo de caballa en el puerto, plato típico, y volvimos al hotel a descansar. 

Segundo día de Ruta por Estambul.

Por la mañana empezamos nuestro recorrido visitando la mezquita llamada Pequeña Sofia (iglesia de San Sergio y San Baco). Para llegar pasamos por barrios muy característicos y diferentes que la zona más turística.

La Pequeña Sofia es una mezquita que vale la pena visitar. La entrada es gratuita. Es pequeña, con muy pocos visitantes y está muy bien decorada, además de tener una muy buena energía en su interior. 

Desde aquí subimos hacia la zona de la Columna de Constantino y es allí donde está una de las entradas del Gran Bazar. 

El Gran Bazar es un auténtico laberinto de calles. Lleva más de 4 siglos funcionando, aunque ahora me parece más un escenario para turista que otra cosa. Los precios son muy altos y los vendedores no regatean mucho. Lo que hay en su interior son básicamente falsificaciones de bolsos y ropa de marca. Arquitectónicamente es muy bonito, con bóvedas decoradas y pequeñas zonas de plazas donde hay fuentes de agua para lavarse.

Nos encantó comer en un lugar muy auténtico dentro del Gran Bazar, se llama Dogan, y allí comimos uno de los mejores Kebabs de Estambul. 

El resto del día lo pasamos recorriendo calles de la zona del mercado y alrededores. 

Al día siguiente nos fuimos a visitar Pamukkale, un poco para salir del caos y las multitudes de Estambul.

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